lunes, 31 de agosto de 2015

Historia del siglo XX, de Eric John Ernest Hobsbawm

1.
Eric Hobsbawm, historiador del equipo de los marxistas británicos y divulgador estrella del mundo, murió de viejito a los 95 años en 2012. En Wikipedia hay una foto suya en 2011 que parece una momia. El hombre investigó sobre muchos asuntos, sobre todo vinculados con formas de rebeldía de las clases subalternas en la edad media o moderna en Inglaterra. Pero es más conocido por sus libros de divulgación, que hoy se venden tipo colección en unas ediciones bastante chotas de la editorial Crítica, tipo paperback pero con lomos dorados y la letra muy chica. Es una contradicción: hacen una edición para que lo puedas leer en los bondis (la anterior, de tapas duras, es un ladrillo inamovible, aunque más lindo) pero la letra es ínfima. Igual lo leí en los bondis, en el baño, en la cama. Es bastante adictivo una vez que te enganchás. Los otros títulos de la colección divulgativa de Eric son los de la trilogía de las Eras que cubren el siglo XIX (largo): La era de la revolución, 1789-1848 (ese lo tengo, próximamente en Resistirse Es Fútil); La era del capital, 1848-1875; y La era del imperio, 1875-1914, al que sucede esta Historia del siglo XX que arranca con la Primera Guerra Mundial y termina con el fin de la Unión Soviética.

2.
Hobsawm es conocido, entre otras cosas, por su concepto del "siglo XIX largo" y el "siglo XX corto": lo que dice Eric es que el verdadero cambio, que permite hablar de otra época, se da en la Primera Guerra Mundial, no en el cambio de siglo, que, agregamos nosotros, es un hecho arbitrario que no indica nada. Así, el libro está estructurado en tres partes: "La era de las catástrofes", que cubre lo que son las dos guerras mundiales y el período entre ellas, "La edad de oro" (los treinta años de posguerra, del boom económico y el llamado Estado de Bienestar: Eric es muy fan de Keynes) y "El derrumbamiento" (del Estado de Bienestar y de la URSS). Y a su vez, las tres eras están tratadas más o menos de la misma manera: algunos capítulo para el llamado Primer Mundo (Occidente, y más específicamente Europa, y más específicamente Cambridge, que es el centro del mundo en Historia del siglo XX), otros para el Segundo Mundo, es decir la URSS y sus Estados satélites y afines, y otros para el Tercer Mundo, nosotros los sudacas, los asiáticos no comunistas, África hasta ahí (pero mucho más que en otras historias del mundo). Por fuera del esquema planteado también hay algunos capítulos sobre arte y sobre ciencias en las tres épocas.

3.
El libro es divertido porque Hobsbawm escribe bien; porque habla todo lo que puede de su experiencia de vida en relación con los hechos que cuenta pero sin irse de mambo; y porque emite bastantes opiniones sobre todo lo que cuenta: Kennedy es el presidente más sobrevaluado de la historia de los Estados Unidos, Nixon el peor, de Mao habla pestes, a Fidel lo quiere bastante, de Keynes tiene la camiseta. Algunos (troskos) dicen que Eric es estalinista (para mí no, aunque le da la derecha, o debo decir la izquierda -ah re- en varios asuntos, como el de la modernización superefectiva de Rusia). Sin dejar de ser un historiador objetivo (todo lo que se puede llegar a ser, que nunca es todo, véase lo que dice la historiografía al respecto), su escritura no es para nada desapasionada: en el libro están los hechos y la interpretación, con un poco de ojo fácilmente distinguibles, pero se agradece que estén las dos cosas. De otro modo sería infumable.

4.
Obviamente, no se puede contar TODA la historia del siglo XX, aunque sea corto, en 500 páginas. Sin embargo, Eric lo hace bastante bien. Estuve pensando y no sé qué país no es mencionado ni una sola vez, a todos los usa en algún tema para dar algún ejemplo, por lo menos. La Argentina ocupa un lugar más bien marginal en esta historia, para el dolor de nuestros egos argentinos hiperdesarrollados, pero está bien. Aparece Perón, dos veces, una presentado más como facho y otra menos (por un error de tipeo, la primera vez que aparece mencionado Eric lo mata en el '47 a Perón, en vez del '74); y también hay un párrafo para la dictadura y los desaparecidos en otro capítulo. La única caricia al ego argento es un comentario sobre los premios Nóbel y la importancia de los científicos argentinos.

5.
A los judíos en el siglo XX, Holocausto y creación del Estado de Israel, tampoco les da mucha bola, lo cual es llamativo en un autor judío (Eric es de origen judío) y un poquito de agradecer. Para el genocidio nazi hay un párrafo nada más, en el que no deja de notarse la gravedad de la masacre, pero tampoco le da el lugar que otras muchas veces se le ha dado. Y sobre Israel tiene opiniones más bien antisionistas, de este tipo:
El principal elemento de disrupción fue Israel, donde los colonos crearon un estado judío mayor de lo que había dispuesto la partición diseñada por los ingleses, expulsando a setecientos mil palestinos no judíos, una cifra probablemente mayor que la de la población judía en 1948 (...) y mantuvieron una guerra por décadas con este fin. (p. 311)
6.
La idea principal del libro, según yo, díganme si me equivoco, está enunciada en el capítulo introductorio, y luego desarrollada como eje central a lo largo de todo el libro:
Una de las ironías que nos depara este extraño siglo es que el resultado más perdurable de la revolución de octubre, cuyo objetivo era acabar con el capitalismo a escala planetaria, fuera el de haber salvado a su enemigo acérrimo, tanto en la guerra como en la paz, al proporcionarle el incentivo -el temor- para reformarse desde dentro al terminar la segunda guerra mundial y al dar difusión al concepto de planificación económica, suministrando al mismo tiempo algunos de los procedimientos necesarios para su reforma.
(...) como se puede apreciar ahora de forma retrospectiva, la fuerza del desafío planetario que el socialismo planteaba al capitalismo radicaba en la debilidad de su oponente. Sin el hundimiento de la sociedad burguesa decimonónica durante la era de las catástrofes no habría habido revolución de octubre ni habría existido la URSS. (...) Fue la Gran Depresión de la década de 1930 la que hizo parecer que podía ser así [que la URSS era una alternativa viable a la economía capitalista], de la misma manera que el fascismo convirtió a la URSS en instrumento indispensable de la derrota de Hitler y, por tanto, en una de las dos superpotencias cuyos enfrentamientos dominaron y llenaron de terror la segunda mitad del siglo XX [se refiere a la amenaza de la guerra atómica], pero que al mismo tiempo -como también ahora es posible colegir- estabilizó en muchos aspectos su estructura política. (p. 16-17)
¿No es un capo?

7.
Última cosa. Probablemente pueda pasar desapercibido en una lectura fugaz, pero es muy importante el siguiente comentario de Eric en el capítulo intitulado "El tercer mundo". Viene contando que los países ricos, miembros de la OCDE, a fines de los ochenta no representaban más que el 15 por ciento de la población mundial, y entonces dice:
Esta explosión demográfica en los países pobres del mundo, que despertó por primera vez una grave preocupación internacional a fines de la edad de oro, es probablemente el cambio más fundamental del siglo XX, aunque aceptemos que la población del planeta acabará estabilizándose en torno a los diez mil millones de habitantes (o cualquiera que sea la cifra que se baraje actualmente) en algún momento del siglo XXI. (p. 300)
Lo llamativo es que siendo el cambio más fundamental del siglo, ocupe tan poco lugar en el análisis: por eso digo que puede pasar desapercibido, es un comentario al pasar. Pero qué fuerte. Lo acompaña una nota al pie que me merece hacer este comentario: Estoy viendo una serie británica, Utopia. A grandes rasgos, el argumento consiste en unos pibes que luchan contra una conspiración para reducir drásticamente la población mundial. En uno de los capítulos, uno de los malos da sus razones. Su texto de diálogo es calcadala nota al pie que reproduzco a continuación:
Si la espectacular aceleración del crecimiento que hemos experimentado en este siglo continuase, la catástrofe sería inevitable. La humanidad alcanzó los mil millones de almas hace unos doscientos años. Para llegar a los siguientes mil millones pasaron ciento veinte años; para los tres mil, treinta y cinco años; para los cuatro mil, quince años. A finales de los años ochenta la población mundial se situaba en 5.200 millones de habitantes, y se esperaba que sobrepasara los 6.000 millones antes del año 2000. (p. 300)
(En octubre de 2011 llegamos a los 7.000 millones. Qué miedo, ¿no?)

lunes, 10 de agosto de 2015

Sandman VII: Vidas breves, de Neil Gaiman

1. En este tomo aparecen mucho los hermanos de Sueño. Especialmente Delirio. La amo.