martes, 18 de noviembre de 2014

La venganza del cordero atado, de Camilo Blajaquis

1.
Camilo Blajaquis (seudónimo de César González) es un pibe que se crió en una villa, que estuvo preso muchos años desde muy joven y que en la cárcel se hizo poeta. La venganza del cordero atado reúne lo que escribió en esos años. Sus textos (algunos son poesías y otros diatribas en prosa) hablan de estar preso, de estar libre, de los esclavos voluntarios del capitalismo y de amor, con una sensibilidad y una belleza notables. Todo esto, por otro lado, ya se ha dicho profusamente, porque entre la pobre difusión de la poesía contemporánea argentina, a la de César González le ha ido bastante bien. Mérito suyo, claramente. El pibe este, después de salir en libertad (formal, como dice él mismo), y no contento con ser sólo poeta, hizo una película. El título es Diagnóstico: Esperanza, estuvo en el Gaumont bastante tiempo el año pasado y Victor Hugo Morales le dio mucha manija también. De hecho, yo le empecé a dar bola a la obra de González porque trabajando en el programa de Victor Hugo que salía por Telesur tuve que editar una entrevista y mecharla con fragmentos de la película. Vean la entrevista, el pibe es un genio.



2.
Obviamente, necesariamente, su poesía tiene algunos elementos típicos de la poesía de un pibe de 20, que pueden resultar demasiado románticos o cursis; pero también hay lo contrario: elementos que asombran viniendo de un pibe de esa edad y en esas condiciones de escritura (no ya de vida). Al final del libro hay un apéndice donde cuenta en qué lugares estuvo preso y cuáles textos escribió en cada lugar, y leyéndolo descubrí que los poemas que más me habían gustado eran cronológicamente los primeros: "Panóptico", "Describiendo con realismo" y "Observando a mis colegas 2", por ejemplos.

3.
Observando a mis colegas 2, de Camilo Blajaquis

Empiezo a creer que una parte de mi esta enloqueciendo. Porque no puedo en esta tarde que
el sol deja ácidos los cimientos del instituto de dejar de mirar el hueco de la ventana enrejada
que esconde que del otro lado esta el mundo y sus millones de personas.
 Impulsiva, compulsiva, adictiva, masiva y exageradamente pienso en las miles de situaciones
que están sucediendo en este momento del otro lado de las rejas.
En cuantos dichosos enamorados en las plazas o en alguna pieza, en cuanto corazón mudo ya
de tanta amargura durmiendo en las veredas, en los pibes que se deben estar yendo a robar
justo ahora y en los que volverán triunfantes, en cuantos caerán en cana y en los casi todos
que se irán a dormir a la morgue.

Para que se entienda mejor, miro por el hueco y a partir de allí mi imaginación pierde el
conocimiento de tanto flayear a los que deben ir caminando con el cerebro cuadrado y
anestesiado por las calles, a los que saborean con un verdadero gusto a vida el ocaso del dia, a
los que están en la cancha o en un recital.
A los que justo recién se murieron, a los que acaban de nacer, a los que acaban de acabar, a
los que están trabajando odiando su trabajo, los que se están fumando un buen porro, a los
que están renegando de algún problema que se inventaron.
A los que todos los días ponen la espalda para el látigo, a los que tienen tanta plata que se
limpian el orto con billetes de cien dólares, a los que tienen hambre , a los lokos que se deben
estar ahogando adentro de un chaleco de fuerza, a todos los cobanis que deben andar
pateando tobillos por las villas y los barrios.
A los que están en cana en peores lugares que este.
A los que ahora están viajando esposados de pies y manos en la oscuridad de los camiones
del servicio penitenciario.
A los que justo ahora chocaron con el coche, a los que se arrastran en la frontera de mejico, a
los putos, a los médicos que están operando, a los que terminan de matar a alguien, a los que
están llorando, a los que se terminan de mandar una linea de merca, a los que están
aprendiendo a leer, a los que la corrupción del poder nunca dejara aprender.
A la primera mujer con la que tendré relaciones el día que salga, a los borrachos, a los que
están apretando el botón para que caiga una bomba, a los que se creen profesionales, llevo adelante mi vida acá adentro imaginando el mundo que generan al mezclarse y penetran por 
el hueco de una de las paredes que me priva de mi libertad.

(esto lo saqué de acá, donde hay una versión completa del libro on line aunque me parece que es distinta de la que yo leí en papel)

4.
En este momento (26 de diciembre de 2014, día en que estoy posteando esto) César Gónzalez tiene una segunda película estrenada en cartel en el cine Gaumont: ¿Qué puede un cuerpo? (post relacionado en nuestro nuevo y por ahora discreto tumbrl de críticas de películas: este link). También sacó un segundo libro. No sé qué onda. Lo leeré.

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