viernes, 26 de septiembre de 2014

El idioma de los gatos, de Spencer Holst

1.
Es un libro de esos que mucha gente de varias generaciones distintas leyó en algún momento, brevemente (porque es muy breve) y recuerda con cariño. Cuando yo era chico, en algún momento a fines de los años noventa, alguna madrijá nos leyó tres cuentos de El idioma de los gatos en un campamento o en Ramat y nunca me los olvidé. Ahora que finalmente lo leí, me pareció muy zarpado ir encontrándome con esos tres cuentos entre el fárrago de los otros diecisiete (son veinte en total, algunos de media carilla) y reconocerlos. Rodrigo Fresán escribió el prólogo a la segunda edición de El idioma de los gatos en 1994 y habla de todo esto (menos de mi madrijá), acá.

2.
Ioni dice que si vendo el libro gano mucha guita porque tengo la primera edición, Ediciones de la Flor, 1972, con diseño de tapa de Oscar Smoje (de quien hablamos recientemente en relación con Noticias de los Montoneros), que ya no se consigue y es de coleccionista. Lamentablemente en algún momento entre 1972 (cuando un tal Aldo le regaló este libro a su madre por el día de la ídem, según la dedicatoria) y por lo menos el 2012, algún imbécil o algún punk antisistema hizo garabatos con birome azul en la tapa (!!), arruinando mi inigualable oportunidad comercial.

Este no es mi ejemplar sino el de Luis Pescetti.

3.
Es un libro que le puede gustar a cualquier humano y no le puede disgustar a nadie. O sea que es el regalo ideal. Como decíamos recién, la primera edición ya no se consigue pero los capos de los libros chiquitos y rojos lo editaron y ese si es fácil de encontrar en ferias de libros independientes y demaces.

4.
Spencer Holst se parecía al Doctor Tangalanga.



5.
Esta es la reseña número 300.


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