miércoles, 17 de abril de 2013

Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams

1.
Hay algunos libros de ciencia ficción que son clásicos: Yo, robot, por ejemplo. Crónicas marcianas. Ya tu sabes. Y después hay una segunda categoría, algo así como sub-clásicos, o clásicos que sólo lo son si sos lo suficientemente ñoño como para considerarlos tales. Por ejemplo, Starship troopers. O Mundo Anillo. Esos dos son libros que no leí pero que siento que debería haberlos leído. Guía del autoestopista galáctico (The Hitchhiker's Guide to the Galaxy es el título original) formaba parte de mi lista de sub-clásicos por leer, y cuando ví que Dani lo tenía en su mesa de luz me lo llevé y esa es la historia.

2.
Guía del autoestopista galáctico es una novela de ciencia ficción y humor, muy conocida y hasta de culto en los países angloparlantes. No es muy conseguible, nunca lo vi usado (y seguro que hay ediciones de los '80), seguramente por ser "de culto". Pero ahora hay una edición de Anagrama que se consigue nueva. La edición de Anagrama tiene 289 páginas. La novela termina en la 190. Por alguna extrañísima razón, las siguientes 101 páginas son cosas (un epílogo, entrevistas, anexos) que hablan exclusivamente de la película que -después de muchas peripecias, sí- se hizo del libro en 2005. Lo leí todo, y mi opinión es:

3.
La novela es divertidísima. Tiene un notable humor inglés, a lo Monty Python, y también tiene resonancias vonnegutianas. De hecho, diría que el humor tiene hasta más peso que la ciencia ficción, en la mezcla. Si pueden leanla. Yo me maté -qué fuerte- de la risa.

4.
¿Qué onda Anagrama editando así, con una entrevista a cada actor de la película? Me parece rarísimo. Además, es una película de Touchstone y Disney, no es que la hizo Pedro Almodóvar. Debe estar buena igual, qué se yo. La voy a ver. Lo más interesante que tiene como propuesta es que en vez de hacerla toda de compu, contrataron al taller de Jim Henson e hicieron muñecos y marionetas para los monstruos y demaces. Creo que si no fuera por eso, ni la vería. Sin embargo, el lado positivo: el epílogo del amigo de Adams-productor de la película, en el que habla básicamente de lo que es el desarrollo de una superproducción (las idas y venidas de contratos, búsquedas, directores, guionistas, inversores) es muy interesante si, como es mi caso, sos estudiante de cine. No está mal, en ese caso. Lo mismo con la entrevista al guionista, que terminó siendo un tal Kirkpatrick, el guionista de Pollitos en fuga. Pero si no son aficionados a los problemas de la producción cinematográfica, manténganse alejados de las últimas 101 páginas, cierren el libro donde termina la novela y felicítense de hacerlo así.

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