jueves, 28 de febrero de 2013

Calle de mano única, de Walter Benjamin


1.
Me enamoré de este libro. Es hermoso. Ejemplifico:
De golpe pude abarcar con la mirada un barrio totalmente laberíntico, una red de calles que durante años había yo evitado, el día en que un ser querido se mudó a él. Era como si en su ventana hubieran instalado un reflector que recortara la zona con haces luminosos. ("Primeros auxilios").

2.
Hace un tiempo me puse a leer a Benjamin para hacer una ponencia para la facu. Fue disfrutable, fue productivo, pero también fue agotador. Este libro, Calle de mano única, es uno que conseguí pero dejé fuera de mi bibliografía, y cuando lo estaba por devolver pensé que podía primero pegarle una leída, para ver qué onda. Mi decisión fue hacer como si estuviera leyendo poesía: no buscar la exégesis y ni siquiera tratar de entender -cosa a veces muy complicada. GRAN ACIERTO. Así que a este post le va la etiqueta: poesía. No quiero ponerme denso, pero Hannah Arendt dice en su ensayo sobre el amigo Walter que el tipo pensaba poéticamente.

3.
Calle de mano única, el único libro publicado por el autor en vida como tal (como libro), es en parte una colección de impresiones sobre la Alemania de entreguerras, es decir la República de Weimar, en los últimos años de la década del '20. Una colección de imágenes en forma de parágrafos, a veces frases sueltas, que hablan de un mundo social e histórico. Un ejemplo de este tipo de cositos, de estas imágenes sociales, es uno de los más famosos del libro, el que se llama "¡Alemanes, bebed cerveza alemana!".
Frente a la vida intelectual, la plebe está poseída por un odio frenético que ha descubierto en el recuento de los cuerpos la mejor garantía para aniquilarla. Dondequiera que se les permita, se colocan en fila y avanzan a paso de marcha al encuentro del fuego de artillería y del encarecimiento de las mercancías. Ninguno ve más allá de la espalda del que le precede, y cada cual se enorgullece de ser, de ese modo, un ejemplo para el que le sigue. Esto lo descubrieron los hombres hace siglos en los campos de batalla; pero el desfile de la miseria, el hacer cola, lo han inventado las mujeres.

Encontré muchas citas a los fragmentos del libro que responden a esta descripción cuando leía para la ponencia, en los textos sobre Benjamin que estuve leyendo. Sin ir más lejos, el libro de Löwy sobre las Tesis sobre la filosofía de la historia de Benjamin se titula Aviso de incendio por uno de estos cositos (como ven, todavía no sé cómo llamar estas cosas: fragmentos, parágrafos, poemas, imágenes, impresiones, no sé qué son). Pero en realidad, la mayoría de los cositos no hablan del mundo social de Benjamin, sino más bien de su inner self. Zum Beispiel este que se llama "¡Cerrado por obras!":
Soñé que me quitaba la vida con un fusil. Cuando salió el disparo, no me desperté, sino que me vi yacer, un rato, como un cadáver. Sólo entonces me desperté.
4.
Corran a obtenerlo. En el Parque Rivadavia, en uno de los primeros puestos entrando por la avenida, lo tienen en una muy linda edición superpirata y hasta el año pasado estaba 50 pesos. En edición legal no sé si se consigue, sospecho que no. Lo pueden llegar a encontrar con un título alternativo, Dirección única. También debe estar digitalizado, por ejemplo acá, pero qué horror. El horror, el horror.

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