jueves, 23 de agosto de 2012

Redención y Utopía, de Michael Löwy

1.
El título completo del libro es Redención y Utopía: el judaísmo libertario en Europa Central. Un estudio de afinidad electiva. El autor es el sociólogo brasileño Michael Löwy (que nació en una familia de judíos vieneses y que estudió en Jerusalén y en París, por lo que suponemos que sabe una banda de idiomas) y el tema es el pensamiento de un grupo de intelectuales judíos alemanes -o del mundo de influencia alemana- nacidos entre 1878 y 1900 (desde Buber hasta Löwenthal pasando por Kafka, Lukács, Benjamin, G. Scholem, Fromm...) que tienen en común el rechazo a la filosofía iluminista del progreso en la historia, una tendencia libertaria -más o menos acentuada según cada cual- y una voluntad romántica de reencantamiento del mundo que se encarna en el mesianismo judío. (Ahora lean esa frase de corrido). La herramienta de análisis que se propone utilizar es la de la afinidad electiva, un concepto que llega desde antes (Goethe) pero que adquiere la forma que le interesa a Löwy con Weber, y que se puede encontrar por ejemplo en La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Esta afinidad electiva entre mesianismo judío y utopía libertaria tiene su punto de equilibrio en la obra de Walter Benjamin, mientras que el resto de los intelectuales estudiados ocupan uno de los dos grupos que tienden más hacia una de las dos cosmovisiones. Los denomina "judíos religiosos anarquizantes" y "judíos asimilados libertarios".

2.
Para Löwy, los elementos que permiten esta afinidad electiva son:
- La relación dialéctica que se da en ambas cosmovisiones entre la voluntad de restauración de un "paraíso perdido" y la mirada puesta en un futuro utópico;
- Las similares representación que ambas cosmovisiones se hacen, la una de la llegada del Mesías y la otra de la Revolución, como momentos de cambio catastrófico y no gradual, que ocurre en la Historia y no en la vida o el "interior" de las personas, y que no mejoran este mundo sino que crean un mundo "otro", destruyendo los poderes existentes.
- Un mismo clima espiritual: el del romanticismo anticapitalista de la intelligentsia alemana.

3.
Hay un capítulo dedicado a cada grupo dentro de estos judíos libertarios (los religiosos anarquizantes, entre los que tenemos a Buber, Rosenzweig y Gerschom Scholem y los asimilados libertarios, como Landauer, Lukács y Fromm). Además hay un capítulo dedicado íntegramente a Benjamin, que es muy interesante pero que en realidad adelanta cosas que están mejor desarrolladas en otro libro de Löwy (Walter Benjamin: aviso de incendio), otro dedicado a Kafka que está buenísimo (el planteo es que Kafka contiene las ideas negativas: la teología negativa y la utopía negativa -excelente análisis de El proceso y de En la colonia penitenciaria; también de América y de El castillo, aunque esas novelas no las leí aún-), uno a todo lo que estaría quedando fuera del análisis y uno a Bernard Lazare que, sí, me saltié.

4.
En la conclusión vuelve a tratar a Benjamin: dice que las tesis Sobre el concepto de historia son el máximo exponente de la afinidad electiva entre mesianismo judío y utopía libertaria, porque logran cuestionar el fundamento epistemológico del progreso, es decir, el tiempo cuantificable, homogéneo y vacío que no es el tiempo del mesianismo y que trataremo de desarrollar en otra reseña porque acá no nos entra.

5.
Resta decir que: el libro me lo encontré milagrosamente entre los libros de psicología de mi padre justo cuando me lo pensaba comprar; que la edición es simpática (El Cielo por Asalto, 1997) pero tiene una cantidad de errores de tipeo increíble; que Löwy por momentos es demasiado sociólogo (como cuando plantea que en Europa del Este "la participación de los judíos en movimientos revolucionarios es mucho más masiva" y "esto se explica fácilmente por el grado cualitativamente superior de opresión..."); pero que en líneas generales está muy bueno.

lunes, 13 de agosto de 2012

¿Vos me querés a mí?, de Romina Paula

1. Me encantó. Es cierto que, como me advirtieron varios, es "peor" que Agosto, pero si bien la comparación es inevitable -misma escritora-, también es injusta. Primero, porque yo como casi todos leí ¿Vos me querés a mí? a la luz de Agosto (sí, ja-ja), porque quise leer ésta por lo mucho muchísimo que me gustó aquella. Segundo, porque esta novela es anterior, y los escritores suelen mejorar (cuando además de talento tienen oficio, como es el caso; cuando sólo tienen talento, muchas veces empeoran). Agosto es mucho más una "novela" que ¿Vos me querés a mí?, en el sentido tradicional del término; es menos "experimental" (hoy entrecomillo las palabras porque tengo culpa nominalista). Y también por eso, Agosto es más fácil de leer. Así que ahora paso a hablar de Vos me querés... como si Agosto no existiera.

2. Pero antes, una comparación más: Qué guacha Romina, lo hiciste de nuevo. En Agosto me cagaste la película Brown Bunny de Vincent Gallo. Con lo buena que debe estar, no la puedo ver porque ya sé lo que pasa. En esta me cagaste otras dos: La coleccionista de Rohmer y una alemana que ni conocía, Die Stille nach dem Schuss, de Volker Schlöndorff. Cuando ví de reojo el título de la de Rohmer grité y arrojé el libro, porque justo la tenía en la compu y la podía ver antes de seguir leyendo. Pero pasó lo peor: la copia era con audio dual (cuando el doblaje español horroroso suena encima del audio original) así que no la vi y preferí que me la cuentes. Así que ya saben, vean estas pelis antes de leer el libro.

3.
Los árboles mueren de pie y la piel se pudre puesta.
Ya está, con esa frase alcanza para que este blog la etiquete en el grupo de aquellos que son de los contemporáneos los más capos. Yo ya la quiero de antes. La obra de teatro que dirige y escribió, El tiempo todo entero, es de las que más me gustaron ever (si al momento de vos leer esto, sigue en cartel, esta es una recomendación sumaria). Y bueno, el libro este está lleno de capítulos excelentes que les postearía enteros pero no da así que lo dejamos acá. Besos y aplausos.

miércoles, 8 de agosto de 2012

La Banda del Ciempiés, de Mario Levrero

1.
Me costó: no es como Dejen todo en mis manos. Aquella es una Señora Novela Corta, con letras capitales. Es fácil de recomendar, se le puede entrar por muchos lados, funciona en varios niveles... Ésta en cambio, La Banda del Ciempiés, es demasiado exclusivamente la parodia de un género específico, el de espías (o policial o de aventuras), lo que la vuelve menos accesible. No por difícil (de hecho, el formato es el del folletín), sino por prejuzgada. Los nombres de los personajes (Smithe Andrews, la joven Molly), la forma en que está escrita, en parte la trama misma son propias del este género, por lo que un lector eventual podría no ver más allá de las marcas de género y decir "no me gustan los policiales", y perdérselo.

2.
Yo leí la edición de Eloísa Cartonera. Pero ahora, cotejándola con la de Mondadori, me doy cuenta que le faltan cosas. Parece que la de Eloísa es una versión anterior, más flaca. Además, en la edición de Eloísa cada uno de los veintidós capítulos tiene un título; la de Mondadori está dividida en cuatro partes, cada una con su numeración de los capítulos y sin títulos. No sé por qué será todo esto, es un misterio casi tan grande como el de la Banda del Ciempiés y no encuentro respuestas en Internet. El principio y el final son iguales, pero parece (imagino) que en la corrección antes de la edición de Mondadori, Levrero decidió seguir algunos de los cabos sueltos y dejarlos sueltos pero un poco más allá, engoradando lo que había escrito para publicar en el diario por entregas. La versión que leí yo se puede encontrar entera en la red de redes de rededes, acá.

3.
Lo único que trae la edición de Eloísa que no la de Mondadori es un breve texto de E. Gandolfo sobre M. Levrero al final del libro.

4.
Si bien La Banda del Ciempiés es un buen libro, ágil, gracioso y también por momentos ocurrente a un nivel supersaiayin, no me voló la peluca. No voy a leer la edición de Mondadori para saber lo que me perdí, ya me alcanzó. El final está muy bueno, y si piensan leer el libro tengan cuidado porque hay por ahí una reseña de otro sitio que se los caga.

martes, 7 de agosto de 2012

Poema sucio/En el vértigo del día, de Ferreira Gullar

1.
Desde no sé cuándo, desde Alejandra Pizarnik o una cosa así que no me emocionaba (entusiasmaba, interpelaba, estimulaba) un poeta.

2.
Ferreira Gullar nace en Sao Luíz do Maranhao en 1930 como José Ribamar Ferreira, pero como todo el mundo es Ribamar en San Luíz se inventó un nombre: "Como a vida é inventada eu inventei o meu nome". De joven se muda a Río de Janeiro, es uno de los poetas concretos, y después rompe con los concretos y se vuelve neo concreto. Y después rompe con éstos también. En algún momento entra en el PC, y en algún momento se tiene que esconder, entrar en la clandestinidad. Lo siguiente es el exilio, en 1964, cuando el golpe. Un tiempo lo pasa en la URSS, y después vuelve a Latinoamérica en donde no lo dejan en paz: pasa por Perú, Chile y Argentina, rajando de un lugar al otro con cada nuevo golpe de estado. En el tiempo que vive en Buenos Aires en un departamento de la avenida Honorio Pueyrredón (a mediados de los '70) escribe su Poema sucio, un texto largo y rimado que habla de su infancia y juventud, de la muerte, de la alienación, del campo y la ciudad, del sexo y de volar y de un par de cosas más y en el que Ferreira Gullar, convencido de que lo mataban, puso todo lo que en ese momento le quedaba por decir. Dice el poeta:
Se iniciaba el gobierno de Isabelita que duraría poco y terminaría también con un golpe militar. Era una suerte de moda latinoamericana. Con el pasaporte vencido, me vi rodeado de dictaduras por todos lados y me convencí de que mis días estaban contados, puesto que desaparecía mucha gente sin motivo. Fue un poco antes del golpe, convencido de que hacía la última cosa de la vida, que escribí el Poema sucio. Lo escribí para decir lo que me faltaba decir, dado que podría desaparecer en cualquier momento.
3.
Resulta que en la misma época vivía en Buenos Aires otro poeta exiliado: Vinicius de Moraes. La situación de los dos era muy distinta: Ferreira Gullar sabía que si lo agarraban los militares brasileros lo desaparecían, Vinicius en cambio se había exiliado por motu propio y por las dudas. Remítolos para más información a la reseña en este mismo blog de Nuestro Vinicius. Cuestión que fue él, Vinicius de Moraes, el responsable de difundir el Poema sujo de Ferreira Gullar. Le gustó tanto que gestionó una traducción al castellano y una edición argentina con su propio editor (De la Flor) y además se lo hizo grabar en un cassette para mandarlo a Río de Janeiro, donde el poema se difundió así, grabado, de mano en mano (difusión viral que le dicen) entre la intelectualidad carioca que a raíz de esto empezó a reclamar la repatriación de Ferreira Gullar. Que cuando volvió finalmente a Brasil fue chupado igual. Después de un interrogatorio de tres días seguidos, finalmente lo largaron. En la excelente edición de Corregidor que se consigue en librerías (de la colección Vereda Brasil) viene entre otras cosas una entrevista a Ferreira Gullar en donde se cuenta todo esto que les estoy contando.

4.
Resulta que en la casa de mi primo habían muchos ejemplares de este libro (supongo que se los habían encajado en algún laburo) y me llevé uno, pero no sabía qué era ni lo intenté leer y probablemente hubiera tenido destido de relleno hipócrita de biblioteca si no hubiera sido que leí Nuestro Vinicius. Y eso no alcanzó: no fue sino hasta que vi éste documental que hice sinapsis y relacioné, porque nunca había retenido el nombre del autor, sino tan sólo la imagen mental de la palabra escrita en la tapa del libro, pero como imagen y no como palabra escrita (nosésimexplico). Un gran momento cuando te das cuenta que de casualidad (o por ese afán acumulativo exagerado) tenés en tu biblioteca justo el libro que necesitás: últimamente me viene pasando.

5.
La edición de Corregidor está buenísima. Además de Poema sujo (versión original Y traducción) incluye: otro libro de poemas, En el vértigo del día, también bilingüe; la entrevista que les digo; una introducción que es una reseña de la obra de Ferreira y que cuenta en detalle el periplo del exilio; una reseña de Vinicius que está buenísima; y no sé cuántas cosas más. Ótimo, cara.

sábado, 4 de agosto de 2012

El libro del Génesis ilustrado, de Robert Crumb



1.
Una vez vino una profesora a la biblioteca a pedir que le prestemos la Biblia. "¿Tienen la Biblia?", preguntó. "Sí, la tenemos", dije yo. "Pero, ¿quién es el autor?", repreguntó ella, atea involuntaria. Nunca lo olvidaré.

2.
Mariano se junta con Ati a terminar la entrega para Historia del Traje, el Mueble y la Ambientación de la carrera de Escenografía. Tienen que dibujar figurines con vestuario y láminas con ambientaciones para obras de época: una de los asirios, una de los egipcios, una de los romanos. Y tienen que estar bien, o sea, tienen que ser de posta vestuarios y estéticas de época. Ahora Mariano le muestra a Ati el libro de Crumb para que chequeen los vestuarios de los egipcios. "Es el Génesis boluda. El tipo dibujo el Génesis de la Biblia pero con una interpretación literal, o sea acá dice lo que dice la Biblia tal cual y él trató de ser lo más literal posible en su interpretación". Ati hojea el libro y abre en la página de las hijas de Lot que emborrachan y se cojen a su padre por turnos, porque después de lo de Sodoma y Gomorra creen que son las últimas personas sobre la tierra. Lo lee en voz alta y después dice: "Y tanto que la joden a María Magdalena después".

3.
Robert Crumb, famosísimo dibujante y autor de cómics y de comix, se propuso hacer una versión ilustrada del Génesis (el primer libro del Antiguo Testamento) lo más literal posible, "sin intención de ridiculizar nada ni hacer bromas visuales". Lo de posible es importante, porque ¿cuántas cosas de la Biblia están descritas como para un ilustrador? ¿Qué cara tienen Adán, Eva, Abraham o incluso Dios, no? Sobre éste último, Crumb dice: "¿Hacerlo como una luz que baja del cielo...? (...) cualquiera que haya leído el Antiguo Testamento sabe que se trata de un viejo y quejoso patriarca judío". Además de lo bien documentado que estuvo para atenerse a las realidad históricas en lo que respecta a vestuario, utensilios y eso, muchos de los grandes hallazgos del libro de Crumb son las formas inesperadas pero atinadas que encontró para dibujar aquello menos concreto, como por ejemplo el "querubín que blandía una flameante espada para guardar el camino del árbol de la vida" al final del capítulo de la expulsión del Edén. Lo otro que es increíble y muy loable es la cantidad de rostros en detalle de personajes distintos que tuvo que inventar y el esmero que puso -aunque capaz le sale de taquito, no sé, no creo- para que cada uno fuera un personaje en sí mismo, aunque no estuviera en más que un cuadrito (el Antiguo Testamento está lleno de párrafos con genealogías: Crumb casi que dibujó un personaje por cada nombre mencionado).


4.
Dice el autor en la introducción otra cosa interesante:
Todas las versiones en historieta de La Biblia que he visto contienen pasajes de narrativa y diálogos completamente rehechos en un intento de aligerar y "modernizar" las viejas escrituras. Y aún así, esas Biblias claman creer que son "la palabra de Dios" o que están "inspiradas por Dios", mientras que yo, irónicamente, no creo que La Biblia sea "la palabra de Dios", sino la palabra de los hombres. No obstante, es un texto poderoso con muchas capas de significado que profundizan en nuestro inconsciente colectivo, nuestro inconsciente histórico, si así lo preferís.

5.
El libro salió en Estados Unidos en 2009 y la noticia llegó hasta acá, pero comprarlo en inglés era una locura de guita. Por suerte Ediciones de la Flor lo editó en castellano el año pasado, en una edición muy buena que hubiera estado mejor si la hubieran hecho en tapa dura y con una encuadernación decente. Es probablemente la mejor manera de leer la Biblia sin que sea un esfuerzo tremendo. Cuando lo terminé, agarré la Biblia propiamente dicha y me puse a leer desde donde termina el Génesis (es decir, donde empieza el libro del Éxodo) pero no aguanté mucho. Ojalá a Crumb se le ocurra seguirla.


miércoles, 1 de agosto de 2012

La casa de las bellas durmientes, de Yasunari Kawabata

1. No voy a repetir lo que ya dije muchas veces (Silencio, El caballero inexistente, Una novelita lumpen) acerca de la colección de libros que entran en el bolsillo de la campera para cuando se sale sin mochila. Sólo mencionar que éste es de esos, y agregar que ahora que por fin tenemos nueva biblioteca en la casa de los bellos durmientes y se ha agrandado la sección de libros chiquitos, próximamente leeremos uno de Perec y uno, Babilonia creo, de Discépolo Armando.

2. La casa de las bellas durmientes: es una novela corta en cinco capítulos; en cada uno de los cuales el viejo Eguchi (debe ser Eguchi-San, ¿no?), de setenta y siete años, llega al mencionado ¿prostíbulo? ¿cuasi-prostíbulo? ¿prostíbulo para impotentes? para pasar una noche yacente junto a una joven virgen, desnuda y narcotizada. Cada chica nueva despierta en Eguchi recuerdos -unos tristes, otros lindos, otros turbios- de mujeres de su vida, además de calentura claro, y ganas de morirse. Por fuera de esto, es muy poco lo que hay: las conversaciones de Eguchi con la madama, en las que a veces se hace referencia a otro personaje, el viejo Kiga. Esa breve línea argumental es sin embargo la que hace avanzar al relato: las encamadas con bellas durmientes son de una estaticidad imponente (con sus propias tormentas y pasiones, pero todo muy contemplativo) y uno tiene la sensación de que podrían ser muchos más capítulos y la novela sería la misma y también estaría bien.

3. Kawabata Yasunari (1899-1972) es el primer Nóbel de Japón. Es increíble cómo esos premios de mierda son referencia obligada cuando alguien los ganó. Imaginemos que alguien odia los premios Nóbel, y le otorgan uno. Ya está, quedás pegado para siempre. A algunos les encanta, obvio, como al confundido Vargas Llosa que sacó un libro malísimo y le pusieron una faja que dice premio Nóbel: ¡si lo ganó antes de escribirlo! ¡no se lo dieron por existir! A Kawabata Yasunari no sé si le gustó o no, no lo conozco. Güiquipedia dice que se suicidó tres años después de recibirlo, inhalando gas. Yo no lo vinculo eh, pero en güiquipedia lo pusieron así, en la misma frase.