martes, 24 de julio de 2012

La rebelión de las masas, de José Ortega y Gasset

1.
A que siempre se preguntaron quién es (o quiénes son, como la chica esa de la tele). En un resumen: José Ortega y Gasset es uno solo; nace en 1893, muere en 1955, todo en Madrid; publica cosas -principalmente ensayos filosóficos- desde sus 19 años; estuvo vinculado a la generación del '98 (mil ocho...), hasta que se peleó con Unamuno (pública y notoriamente); de joven estudia en su país y en Alemania: es una suerte de traductor de ideas que circulaban por Europa, muchas de ellas alemanas (como las de Spengler) a la situación de España; seguidor de Simmel, Renan, Barrès, Bergson; desde joven escribe en el diario El Sol, un diario elitista pero "progre" (liberal), que es donde publica La rebelión de las masas por entregas en 1929 en base a ideas de una conferencia anterior... Qué más. Fue diputado. En Argentina era muy conocido (por eso su nombre está en muchos lugares), algo así como una estrella literaria. Su primera conferencia en Buenos Aires fue en 1916 y fue muy masiva (¡y tenía 23! ¡buena titán!), y después hubieron otras. Era amigo de Victoria Ocampo: él es el que sugiere el nombre Sur para la revista, y figura en el board de forma honoraria. En la guerra civil española se le exige un pronunciamiento en contra del golpe, y se termina exiliando. Después con el franquismo mantiene una relación ambigua, porque aunque no vuelve a su vida de protagonista de la cultura tampoco es un proscrito. Patricio Geli dice que Ortega "es el límite liberal del franquismo". La izquierda española (por ejemplo Semprún) dice que Ortega es un reaccionario.

2.
La rebelión de las masas, con un prólogo para franceses y un epílogo para ingleses, que yo me compré en una décima edición de Espasa-Calpe, de 1949, en plaza Italia, que se me desarmó mientras la leía, que ahora Marina restauró (como pueden ver en la foto),

Marina restauradora
es uno de esos libros que se escribieron en el período llamado de entreguerras, alegatos contra la "decadencia de Europa" o del mundo, de los que son ejemplo también El malestar en la cultura de Freud, y los ensayos del mencionado Oswald Spengler (Años decisivos, La decadencia de Occidente). No creo que haya mucha gente que lo lea por puro gusto en la actualidad, y además como dice el propio Ortega al principio del prólogo, "el asunto de que se trata es demasiado humano para que no lo afecte demasiado el tiempo". En otra época era un libro muy leído -es muy fácil de conseguir usado, hubieron muchas ediciones-, en general y también en las universidades. Se leía en varias materias de Filosofía y Letras. Hoy en Puán sólo se lo lee, y desde este año, en Problemas Mundiales Contemporáneos de la carrera de historia, y se lo sigue leyendo en algunas universidades católicas o tradicionalistas.

3.
Se deja leer, sin embargo. Es interesante por una vez que sea un filósofo en castellano (no sé si Ortega es filósofo, pero con criterio amplio entra), en vez de encontrarse con una traducción. Las ideas contenidas en el libro son básica y centralmente dos: en la sociedad de masas ha surgido un nuevo tipo de hombre, el hombre-masa, alienado, prepotente, confiado (en el progreso) y miedoso (a la libertad, como dice Fromm) y bruto, que se entrega a las opciones totalitarias (no liberales) como sucede en Italia, Alemania o la URSS. Recordemos que el libro es de entre el '26 y el '29 (con el prólogo para franceses del '37 y el epílogo para ingleses del mismo año). La otra idea es que Europa se tiene que unir en un mega-Estado, una ultranación: primero fueron las ciudades-Estado, después los Estados-nación, y ahora llega el tiempo de los Estados Unidos de Europa. "La unidad de Europa no es una fantasía, sino que es la realidad misma, y la fantasía es precisamente lo otro, la creencia de que Francia, Alemania, Italia, o España son realidades substantivas e independientes". Me parece interesante que se equivoque tanto (todavía no era la 2da Guerra Mundial, lucha de naciones si las hubo) y tenga tanta razón a la vez (con la UE en el '93 se termina de dar lo que el muchacho pide en el '29, pero ya habían habido muchos esfuerzos antes en el mismo sentido, empezando por el intento de expansión imperialista nazi).

4.
Me gusta la cosa vitalista y poco científica que tiene. Por ejemplo, la evidencia de que estamos en la sociedad del hombre-masa es el "lleno": que ahora los lugares (las calles, los cines, etc.) se llenen y antes no. Basado en su impresión, obviamente, "una experiencia visual". Después pasa también que en los márgenes hice mis simpáticas anotaciones como "gilada" y "boludísimo" unas cuántas veces, un poco por los mismos motivos.

5.
Altos términos bizarro-anacrónicos (por órden de aparición):
Mofas escurriles.
La diferencia más importante entre 
un grupo de hombres y un grupo de gramófonos.
Escalofriante petrefecto.
Lo mostrenco social.
Porciúncula de razón.
Hechas cisco.
Mondo y lirondo.
Tragicota.
Pachones del asador científico.
Al modo de los estrucios.
Encinta de tormentas.
La turba parvular.
El Gran Truchimán.
Idéntico gálibo.
Pugnacísimo.
Lucha sempiterna entre 
los paralíticos y los epilépticos.
(O de cómo es leer a la vez a Perec y a Ortega y Gasset)

6.
"Ser de izquierda es, como ser de derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral". Es gracioso, es liberal, es Ortega y Gasset.

2 comentarios:

Marina Scarlato dijo...

Aquí Marina restauradora. Más que una restauración lo que muestra la foto es un Frankenstein de hilos y hojas, pero un Franky orgulloso, feliz.
Muy buena la reseña! Ahora tengo menos ganas de leer a Ortega y Gasset que antes., aunque escalofriante petrefecto vale la pena.
Es buenísimo que sigas arrojando reseñas al mundo!!

expreserge dijo...

Hola, Ale! Creo que tengo esa misma edición. Mi abuelo la compró en Buenos Aires en los años 60. Intenté leerlo estando en la secundaria, veré si hago el esfuerzo este año. Un abrazo desde Panamá.