sábado, 5 de mayo de 2012

Antichrista, de Amélie Nothomb

1.
Todo el libro lo leí ayer, en una ida y una vuelta en bondi hasta San Telmo, un cague y un antes de dormir. La lectura del capítulo Uno correspondió con la ida hasta San Telmo, así que había llegado hasta ahí y pensé en la reseña que iba a escribir. El título iba a ser "Antichrista, de la hija de puta de Amélie Nothomb", y la reseña iba a ser muy negativa. Y también iba a tener mucho spoiler alert. Pero no hace falta al final.

2.
Porque después seguí leyendo y ya no era tan terrible. No sé si el libro lo propone asi o fui yo, pero en el capítulo Uno había empatizado mucho con Blanche y entonces sufría. También porque no había leído la contratapa, y me imaginaba otra cosa de la historia: pensé que íbamos a querer a Christa todo el tiempo. Además, a mí me ha pasado lo que a Blanche al principio, y pienso que a lo mejor es una experiencia que todos tuvimos. Esto:
Inmediatamente desee conocerla. Sabía muy bien que no la conocería. Era incapaz de acercarme a ella. (...) Una semana más tarde, sus ojos se posaron en mí. (...) Al día siguiente, se acercó a mí y me dijo hola.


3.
Cambien el género como corresponda y piensen en el ámbito que les competa: a mí me pasó y hasta diría que me pasa siempre. Eso de empezar a asistir a un lugar con otros humanos (por ejemplo la Universidad, pero cualquier lado en realidad) y no tener amigos, pensar que nunca vas a tener amigos y que de pronto te venga a hablar quien arbitrariamente más hubieras querido que lo haga. Claro que yo soy yo y Blanche es la carita esa de forever alone que anda circulando.

4.
Por eso cuando Christa es una hija de puta para con Blanche fue muy decepcionante para Blanche y yo la entendí. Y todo el capítulo Uno lo sufrí con ella. Pero en el capítulo Dos, no sé si fue mi óptica o Amélie lo escribió así de alguna manera, me pareció que Blanche ya no sufría tanto y Christa empezaba a ser sólo una tarada. Y los padres de Blanche, otros tarados. Para mí y para Blanche. Amélie hace a Blanche entender todo desde un lugar muy racional, así que no me resultaba creíble que estuviera sufriéndolo todo si lo podía entender con tanta perspectiva.

5.
Me gustó cuando dice Vercingetórix arrojando su escudo a los pies de César.

6.
El final está re bueno y Amélie escribe bárbaro. De todos modos hay algo que no me termina de cerrar en su prosa, y no descubro que es. Tendré que seguirla leyendo.



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