sábado, 11 de febrero de 2012

El jugador, de Fiódor Dostoievski

1. Vamos que escribo éste y destrabo un montón de reseñas que ya tengo escritas hace mil pero no puedo publicar.

2. Es que, ¿qué puedo decir de Fiódor? Que es un capo ya lo sabemos, el más capo. Que tiene punch, que termina los capítulos con un suspense del que J. K. Rowling debe haberlo aprendido todo. Que es divertido, contra la opinión popular. Que es popular. Y también todo lo demás que alguna vez haya dicho sobre él.

3. De la novela puedo decir que la leí en tres días. En Madrid. Y que mi edición es de la hermosa colección tapa dura corazón contento de Club Bruguera, la que yo colecciono, valga la válgala.

4. Una familia artistocrática rusa en una ciudad de veraneo a orillas del Rihn. No tienen un peso, tienen que aparentar, esperan impacientemente un telegrama de Rusia que confirme la muerte de la abuela testamentaria. El General, padre de la familia, es el más desesperado: si no recupera su status pierde el amor de su buscona, interpretada por la gran mademoiselle Blanche. El protagónico es del maestro, contratado por la familia para la educación de los niños, enamorado de la madre de sus educandos, nietos del General. No cobra hace meses por la situación, pero se queda por su amor enfermizo y masoquista. Olvidé decir algo central: la ciudad se llama Ruletenburgo, y está plagada de casinos, de los que todos, pero sobretodo el maestro, deben mantenerse alejados. Adivinen: ¿el maestro va al casino?

5. A la mitad de la novela pasa algo tan brillante que te dan ganas de viajar al pasado y darle a Fiódor un Oscar a Mejor Guión, un Nóbel de Química, un Doctorado Honoris Causa de la Universidad de mi Corazón.

1 comentario:

laura dijo...

uh, El jugador lo leí hace ochomil años (es el único que leí de este capo) y tengo un muy buen recuerdo. no pensé que existía algún libro vivo que pudiera yo haber leído antes que ale schonfeld. bah, en realidad sí, pero justo de fiodor, no.