martes, 6 de septiembre de 2011

El Flaco: Diálogos irreverentes con Néstor Kirchner, de José Pablo Feinmann

1. Este libro es droga. Como Stieg Larsson, como JK Rowling, como Dragon Ball y Akira. Es droga porque sus 318 páginas las leí en tres días en los que además trabajé, estudié, fui al teatro: hice cosas. Lo leí en el bondi, en el laburo, en el kinesiólogo, en el baño, en la cama, de día de noche todos en bariloche, lo leí caminando por la calle hasta que se me terminó. Es (me resultó) muuuuy entretenido. Y me reí un par de veces, en voz bien alta y en público. Así: JAJA! [Dato colorido y tangencial: ¿sabían que los brasileros por Internet se ríen con muchas K en vez de con jaja? Así: kkkkkkkkkkkk].

2. Información fáctica para lectores distraídos y/o extranjeros traídos por las mareas de la web: Néstor Kirchner es un ex presidente argentino, que gobernó entre 2003 y 2007, pasándole luego el bando presidencial a su mujer Cristina Fernández y más luego muriendo, el año pasado, el día del censo nacional y obligatorio. Por ese entonces yo leí 4:48 Psicosis, en esa reseña cuento algo similar a esto: Era miércoles, y como había Censo era feriado. Me despertó mi mamá a las 11 de la mañana con la noticia de que se había muerto Néstor y me acuerdo de la situación de estar en mi ex cuarto (ahora me mudé), en mi ex cama, en la oscuridad pensando en que no, en que qué terrible, en que qué cagada, en Cristina viuda y en las elecciones de este año. Porque Néstor iba a ser nuestro candidato a presidente (nuestro de los que lo votamos, digo), ya se había lanzado su campaña inclusive con un acto en el Luna Park en el que habló Cristina en su lugar porque él estaba mal de salud y que yo miré en la tele del bar bolche de la facultad (durante la toma de la misma) junto a una piba que por un tiempo me tiró onda después de eso. Me levanté y al poco tiempo me suena el teléfono: es Juan Pablo, el director colombiano con el que trabajo en algunas cosas, que me pide que le haga de asistente: quiere que vayamos a la Plaza de Mayo a filmar a la gente que se conglomera para despedir al ex presidente, con el objetivo de venderle un posible documental sobre Néstor a un canal público de otro país (al final nunca se logró vender el documental, pero con todo lo que filmamos Juan Pablo hizo un corto de cinco minutos que está buenísimo y espero que algún día use para algo). La experiencia de pasar el día en la plaza fue tremenda, muy fuerte. En fin. Más sobre esta historia en la reseña de 4:48 Psicosis. Sigo. José Pablo Feinmann es un escritor argentino, ensayista y novelista y columnista del diario Página/12. Escribe mucho sobre filosofía, tiene un programa en la tele sobre filosofía. A mí me cae bien. De él leí, y fue lo primero, antes no sabía ni quién era (de hecho no sabía cuál era el Feinmann bueno -éste- y cuál el malo -un periodista facho con el mismo apellido-), La astucia de la razón, una novela excelente que nos prestó el primo Sebi sobre un tipo que durante la dictadura militar argentina sufre un cáncer y que tiene un trastorno obsesivo compulsivo. La novela está escrita siguiendo el esquema de pensamiento de un obsesivo compulsivo, algo así. Los párrafos tienen forma capicúa. No sé, no me la acuerdo bien, la leí hace bastante, pero me acuerdo que me gustó mucho y que por esa novela me enteré de quién era John William Cooke. Después leí algunas cosas de Feinmann en Página/12 (me acuerdo en especial de dos sobre música clásica) y nada más.

3. Este libro, El Flaco, es por un lado una obra narrativa sobre los encuentros que Feinmann tuvo con Néstor cuando éste era presidente y sobre cómo se distanciaron y no se vieron más. Y es por el otro un ensayo (o una disgreción, que Feinmann considera un arte) sobre la política y los intelectuales, el lugar de los intelectuales en la política, con una marcada postura en contra del intelectual orgánico que postulara Gramsci y a favor del intelectual faro que no deja de criticar lo que le parece incorrecto porque para eso está, aunque se trate de criticar un proyecto con el que se está a grandes rasgos de acuerdo. Es todo eso, sasonado con una buena cantidad de anécdotas y chismes políticos (como lo de Altamira, o Altamoria) que le dan jugo al libro y lo hacen muy divertido. Es un best seller, también, un best seller bienvenido cuando la mayoría de los best sellers sobre los Kirchner y el kirchnerismo son mamotretos en contra escritos por Aguinis o Luis Majul.

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