jueves, 20 de enero de 2011

Escoria, de Irvine Welsh

1.
El resumen del argumento: El policía Bruce Robertson se droga y tiene sexo con mujeres desesperadas y/o pagas; hace abuso de poder; se escabia; le hace jodas macabras a su "amigo" Bladesey; come cosas asquerosas llenas de aceite; y sobre todo, se rasca el culo. Literalmente, le pica el culo y también el ongli. Tiene un zarpullido repugnante. Claro que hay un caso que resolver, alguien mató al hijo negro de un diplomático negro con un martillo y hay que saber quién. Pero a Robertson no le interesa el caso, no le gustan los negros, es un hijo de puta y lo único que quiere es cagarle la vida a los demás: cojerse a las mujeres de los demás, ese tipo de cosas. También quiere cagar a la lombriz solitaria que le está creciendo en los intestinos. Robertson es una genialidad de personaje, repugnante y retorcido. Me hace acordar a Ignatius Reilly, aunque Ignatius es un amor en realidad, y Robertson querés que se muera todo el tiempo.

2.
Así como en Trainspotting Welsh inventó lo de contar todo desde muchos personajes diferentes (hasta volverte loco), en Escoria el hallazgo está en los monólogos de la lombriz solitaria, en vivo desde los intestinos de Robertson y literalmente tapando la voz del protagonista con una especie de marco tubular que se superpone al texto de la novela. Al principio son páginas y páginas en las que sólo dice la palabra "comer", una y otra vez, y a medida que avanza la novela la lombriz va ganando conciencia y comienza a plantearse dilemas existenciales. Es muy bueno.

3.
Es sabido que el problema principal con los libros de Welsh es que las traducciones de Anagrama son españolísimas. En Escoria el problema es más grave que en Trainspotting, porque mientras en aquella tenés muchos personajes que se turnan para ser narrador protagonista (y hablan con más o menos slang), en ésta el protagonista es uno solo (casi) y hay que leerlo hablar en lunfardo/slang gallego todo el tiempo. La explicación es sencilla: Welsh escribe (en inglés) usando mucho slang de Edimburgo, tanto que angloparlantes de otras partes tienen problemas para leerlo; en la traducción decidieron resolverlo así. No es una mala decisión, pero al lector argentino se le puede hacer muy denso. El libro tiene muchas notas al pie de página que son aclaraciones del traductor.

4.
El final está buenísimo.

5.
A mí la novela me pareció muy buena y todo. Never Deleuze, sólo me parece recomendable para gente con muchas ganas de sentir asco (léase con J, ajco).

3 comentarios:

Citricona dijo...

Ale sabes dónde puedo conseguir alguno de los libros de Welsh? anduve x un par de librerías y no tenían idea. Saludos!

Ale Schonfeld dijo...

Cualquier editorial que labure Anagrama te lo puede encargar. Yo los que conseguí los compré en Libros del Pasaje. Por lo general las más grandes son peores y las más snob mejores para esto. Pero no se consiguen todas, Trainspotting está agotada por ejemplo.

Ariel Z dijo...

Este es un librazo. Lo terminé de leer hace unos meses y me obsesioné bastante con la llegada de la película a la Argentina.
Algunos libros de Welsh se consiguen en el Ateneo, ahí es donde me hice de "Escoria" y luego de "Crimen", el cual estoy leyendo lentamente (no me atrapo tan rápidamente como la historia de Bruce Robertson).