viernes, 7 de mayo de 2010

Al sur de la frontera, al oeste del Sol, de Haruki Murakami

1. Al sur de la frontera, al oeste del Sol me gustó mucho más que Tokio blues (a.k.a Norwegian Wood), el otro de él que leí, que es además la reseña inaugural de este borgspot. En el otro me habían molestado un par de cosas, en particular lo langa del protagonista, que estaba deprimido todo el tiempo y al mismo tiempo se cojía a todas las minas como quien no quiere la cosa, como Franny Glass. Ésta novela a ese respecto está mejor. El protagonista me pareció más creíble, más basado en el Murakami real que en uno imaginario (es claramente él el protagonista, tiene un bar donde pasan jazz y todo). Y no se coje a TODAS las minas de la novela. Por otro lado, las minas también son más humanas y más queribles que las robotas de Tokio blues.

2. Algo que no sé si no había notado en Tokio blues o qué, pero que me gusta mucho, es la traducción. Debe ser un quilombo traducir una novela del japonés: una película o un manga puede resultar más fácil porque la oralidad debe ser más traducible, pero en esta novela donde imperan las frases cortas y hay una voluntad poética bastante notoria, encontrar las palabras justas debe haber sido difícil. Hay un concepto que se repite un par de veces: cuando el protagonista/narrador habla de las chicas que conoce, dice que ellas no tienen "algo-especial-para-mí" (no me acuerdo si esa es la frase exacta pero ponele), y seguramente en japonés ese tipo de conceptos se debe escribir de una forma muy diferente a lo que se puede lograr en castellano con nuestro triste abecedario.

3. Está bueno, y es muy japonés, cómo el sexo muy explícito irrumpe en las escenas como cualquier otra cosa, y después se va. Puede durar un párrafo, en el que use una frase como "eyaculé violentamente en su boca", por ejemplo, y que después siga con la música o las casas del barrio o nadar en la pileta.

4. Me gusta mucho el final, y cómo decide resolver algunas cosas y dejarte la intriga en otras. También me gusta mucho el personaje del suegro, que es un empresario de la construcción (= corrupción para Haruki) que se pone en pedo a la hora del almuerzo. Otra cosa que está buena de Haruki es el tiempo largo, la historia empieza casi cuando el personaje nace, aunque está en primera persona, y termina cuando termina pero el personaje ya tiene cuarenta y no es que Haruki se saltee una etapa sino que usa la vida como hilo conductor.

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